La inseguridad en Agua Dulce ha llevado a los taxistas a dejar de prestar servicios nocturnos hacia comunidades rurales o colonias muy alejadas; por las noches las calles lucen desiertas de vehículos, incluyendo las patrullas.

En el pasado, estos recorridos eran muy solicitados, con tarifas que oscilaban entre los 50 y 500 pesos, dependiendo de la distancia. Sin embargo, la falta de garantías de seguridad ha cambiado la situación en los últimos meses.

Anteriormente, las autoridades mantenían personal de infantería en la entrada de la ciudad para detener taxis y verificar las identidades de los pasajeros, brindando una medida de seguridad. Hoy en día, esta protección ha desaparecido, dejando a los taxistas vulnerables y sin respaldo.

Este clima de inseguridad ha impactado negativamente a los sitios de taxis foráneos, que ahora enfrentan una disminución en la demanda de servicios nocturnos y una creciente preocupación por la seguridad de los conductores. 

La situación exige una respuesta urgente de las autoridades para restablecer la confianza y seguridad en el transporte nocturno de la región. También que haya un patrullaje constante y efectivo en las colonias, donde reportan la ausencia de dichas unidades.

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