Monterrey, N.L.— La comunidad médica se encuentra conmocionada tras el fallecimiento de un joven médico residente que, según reportes preliminares, se quitó la vida presuntamente a causa de acoso laboral y condiciones de estrés extremo en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 25 del IMSS en Monterrey.
El hecho ha generado una ola de indignación entre trabajadores del sector salud, especialmente entre médicos residentes, quienes denuncian jornadas extenuantes, falta de apoyo institucional y la ausencia de protocolos efectivos de salud mental dentro del sistema.
Compañeros del joven fallecido señalaron que había manifestado signos de agotamiento, presión constante por parte de superiores y escaso acompañamiento emocional en un entorno de alta exigencia. La muerte ha derivado en protestas dentro y fuera de la unidad médica, donde decenas de médicos exigieron reformas estructurales en el sistema de residencias médicas.
A través de redes sociales, colegas, amigos y organizaciones médicas han expresado su pesar y lanzado un llamado urgente a las autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para que se atienda con seriedad la crisis de salud mental que enfrentan los profesionales en formación, así como el problema del acoso laboral dentro de las instituciones públicas de salud.
Hasta el momento, el IMSS no ha emitido un posicionamiento oficial, aunque se espera que en las próximas horas se pronuncie ante la presión social creciente y las exigencias de cambios concretos en las condiciones laborales de los médicos residentes.
Este lamentable suceso vuelve a poner sobre la mesa un problema largamente ignorado: el desgaste físico y emocional de quienes dedican su vida a salvar otras, muchas veces sin el respaldo ni las condiciones mínimas necesarias para ejercer su labor con dignidad y seguridad.