Descendientes del lobo gris, los perros son capaces de encontrar el camino a su dueño recorriendo miles de kilómetros de distancia y haciendo uso de mucho más que su olfato.
Los perros han protagonizado historias extraordinarias de retorno a casa, como en las películas Un viaje increíble y Mi huella a casa. Casos reales muestran su capacidad para recorrer cientos de kilómetros y reencontrarse con sus dueños, desafiando obstáculos naturales y urbanos.
Desde Georgia May, un cachorro que recorrió más de 56 km en California, hasta Bobbie, un perro que cruzó 4,500 km desde Indiana hasta Oregón. Estudios sugieren que los canes poseen habilidades cognitivas avanzadas. Su capacidad de construir mapas mentales y recordar puntos de referencia es crucial en estos viajes.
El sentido del olfato desempeña un papel fundamental en su orientación. Su capacidad para rastrear olores a grandes distancias les permite seguir rutas previamente transitadas o identificar marcas familiares, señala una publicación de National Geographic.
POLOS MAGNÉTICOS
Además, estudios recientes sugieren que los perros pueden utilizar el campo magnético de la Tierra para orientarse. Experimentos con GPS y cámaras revelaron que algunos canes siguen trayectorias alineadas con los polos magnéticos antes de retomar el camino correcto.
Los perros modernos dependen más de sus lazos afectivos con los humanos, mostrando una fuerte necesidad de reunirse con sus dueños. Esta relación cercana refuerza su instinto de búsqueda cuando se pierden, señala un estudio del Laboratorio de Interacción Humano-Animal de la Universidad Estatal de Oregón.